Mientras la desolación invade el cerro del Chiquihuite, un aliento de vida, regresó la esperanza a los rescatistas que laboran las 24 horas del día, desde el pasado viernes, al encontrar viva a una perrita.
Espantada, la perrita temblaba y se quejaba del dolor que le causaban las heridas por las piedras que le cayeron encima durante el desgajamiento del Cerro del Chiquihuite.
Los elementos de rescate le brindaban caricias para que se tranquilizara hasta que fue retirada en una camioneta de Protección Civil que la trasladó al departamento de Atención a Animales Expuestos.